domingo, 5 de febrero de 2012

La literatura en 3D: las tres dimensiones


Trabajo Visual y Corporal 




Oficio-Pasión-Obra Racional
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MIMOS LITERARIOS 2011





Los seres humanos están compuestos, antropológicamente, por cuerpo, voluntad e intelecto. Según la teoría  motivacional de Pérez López, cada uno de estos elementos actúa en diferentes planos: el cuerpo, en el ámbito  material; la voluntad, en el desiderativo; y el intelecto, en el racional. Por consiguiente, señala Pérez López, estos tres elementos operan en base a sendas motivaciones: las extrínsecas (corpóreas), las trascendentes (volitivas) y las intrínsecas (intelectuales).
Ahora bien, ¿por qué me distiendo en esta acotación? Porque en base a estos tres componentes del ser humano y sus móviles, he creído posible definir la literatura. Por tanto, a continuación planteo no uno, sino tres axiomas complementarios que he denominado dimensiones. Entiéndase, entonces, la definición del arte de la palabra como oficio, atendiendo al elemento corpóreo de la persona; como pasión, aludiendo al factor volitivo; y como obra racional, en correlación al componente intelectual del ser humano.
 Como oficio: porque la literatura está ligada al trabajo físico. El arte de la palabra requiere de un esfuerzo, un empuje que involucra al cuerpo: ojos, manos o una voz para dirigirse a un auditorio. Por eso, también implica un agotamiento. Y en este punto vale decir que no todos los mortales están dispuestos a asumir las consecuencias de amanecerse escribiendo o corrigiendo cientos de veces una obra. Un libro puede tomar mucho tiempo en concretarse; meses, años e incluso décadas.
El oficio literario, por otra parte, induce a considerar una obra como un producto. Dicho de un mejor modo; publicar un libro es un bien al que le asignamos un valor. Así, aunque la mayoría de escritores no pensamos en ganar una fortuna con una obra impresa, siempre buscamos un estímulo que recompense el sudor en la frente; por ejemplo, recuperar el capital invertido en la publicación y ganar un poco (poquito) más.
Ahora bien, la satisfacción no sólo está en lo material, también la hallamos en cosas simples como en leer nuestros trabajos impresos en papel, encontrar nuestros libros en la vitrina de alguna buena librería o, simplemente, en los buenos comentarios de los lectores.
 Para terminar con este punto, sólo faltaría apuntar que el esfuerzo físico, aunque importante, no acaba por determinar la creación literaria. Aún falta hablar de dos factores que definiré a continuación. Sin embargo, del esfuerzo y la constancia depende que el arte no se convierta en un simple pasatiempo. Ser oficioso con la literatura diferencia a un escritor de un aficionado.
Como pasión: porque la literatura, como todas las artes, necesariamente está ligada a los afectos.

En esta dimensión, la literatura es un medio de expresión del alma. Y es que escribir es el arte de agrupar y transmitir en letras sentimientos, vivencias y reflexiones. Gabriel García Márquez decía que su niñez y su juventud eran la cantera literaria de la cual se inspiraba para escribir. Asimismo, Rainer Maria Rilke recomendaba en “Cartas a un Joven Poeta” que para ser un buen escritor uno debía alejarse de los asuntos de índole general y adentrarse en los que ofrece la vida misma.
 Ser apasionado equivale a transmitir todo lo que uno tiene acumulado en el alma. Así, un escritor busca que sus lectores sufran con lo que él ha sufrido, que rían con lo que él ha reído (o entremezcla sentimientos para que rían con lo que ha sufrido o viceversa). Hay muchas explicaciones para justificar este móvil, pero quizá la más definitiva sea la de celebrar la humanidad; afirmar y reafirmar nuestra condición de seres únicos e irrepetibles en un mundo que nos hiere, nos tumba a carcajadas y, a veces nos es indiferente.
Esta acumulación de percepciones (o afectos), no obstante, salvo que adopte la forma de algún apunte autobiográfico, rara vez aparece sobre el papel tal cual el autor la ha adquirido. Por lo general, se lee transformada, maquillada, mutilada o exagerada. ¿Por qué? Porque el escritor es un engañador y miente, incluso, mientras describe una realidad. Engañar. Existen infinitas formas de hacerlo. Sin embargo, ello no depende tanto de la pasión como del siguiente  elemento que detallaré a continuación.
Como obra racional: porque la literatura está ligada a estructuras mentales. Para entender esto, es necesario considerar que una obra literaria es algo premeditado. Nadie escribe como si tropezara con una piedra; es decir, nadie escribe por azar. En primer lugar, uno se lo propone. En segundo lugar, uno planea, hace bocetos, arma estructuras (principios, conflictos, desenlaces, personajes, historias secundarias). En tercer lugar, uno escribe. Y, en cuarto lugar uno corrige.
 La literatura exige el conocimiento y dominio del idioma y las técnicas literarias. Ahora bien, en este punto tengo en consideración que algunos movimientos contemporáneos proponen que el arte es mera destrucción, caos o insurrección. Sin embargo, lo cierto es que para echar abajo algo, primero hay que tener un entendimiento de lo que se pretende atacar. En otras palabras; hay que conocer las reglas para romperlas.
Romper lo preestablecido de una forma consciente y racional decanta en el estilo (o el “jondo”, como me he atrevido a denominar en anteriores trabajos). Sin el estilo, la literatura, o el arte en general, equivaldría a un puñetazo; un acto pasional que implica esfuerzo pero que bien podría darse en cualquier género animal.
En definitiva, cuando me refiero a la literatura en la dimensión de obra racional, hago alusión a la conciencia. Y es que no se puede ser un genio sin saber lo que se hace. Los locos no hacen literatura, la literatura hace locos.
Conclusión
Las tres dimensiones de la literatura son elementos complementarios. Por tanto, la carencia (o el descuido) de uno, cualquiera que sea, lleva a las disfunciones que ya he definido como vicios.
Lo ideal, entonces, es un estado de equilibrio entre oficio, pasión y racionalidad. No hay que establecer una jerarquía. Esto sería igual de absurdo que afirmar que, en el ser humano, lo más importante es el cuerpo, la voluntad o la mente.
Josué Aguirre Alvarado


Aportes al proyecto..2012 y elaboración de una cuartilla. Valor de la cuartilla  2 pts.


NOTA: SE SUGIERE INVESTIGAR Y LEER LOS TIPOS DE LITERATURA SELECCIONADOS  E IR AJUSTÁDOLOS SEGÚN LA GUIA DE TRABAJO LITERARIO. ¿Quién es Juan Antonio Pérez López? ¿Es importante su trabajo para enriquecer la literatura, tomando en cuenta que esta “es el arte de las palabras”?.




1 comentario:

  1. Muchachos,..no dejemos de leer y escribir,..Les invito a tomarse un "tiempito" y comenzar a escribir lo que pensamos de la vida, de las situaciones cotidianas, del amor, de "eso" que nos mueve, que no vemos, pero que sabemos que está allí,..Leamos, escribamos y construyamos mundos a través de la palabra escrita,..Liliana Mota.

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